
Debilidad.
Deleite de algunos,
y compleja arquitectura
del momento esclavo de la caida,
que nos hace sumisos a otros.
Soy débil.
Me muestro débil.
Y mi muro, fortaleza medieval,
se ve bombardeado por mi misma,
desintegrando un espejo que me pisa.
Fortaleza.
Soy fuerte ante el daño,
pero no tengo escudo que protega
este cuerpo envuelto sin piel y sensible
a todo apunte que decida escribir sobre él.
Caigo.
Caida barata de tacón partido,
por calles que se hunden en infiernos de humo.
Lo sé:
La carne, es débil...
y yo soy débil hasta el suspiro,
caigo con o sin tacón,
y los velos de la cordura me enredan
en el humo que pasea por las calles arteriales
del corazón.
Lo sé:
La carne,
La carne, es débil...
2 comentarios:
Me gustó como has escrito el poema.. desde el inicio, me quedo con el deseo de sentir tus versos,..
Un abrazo siempre
Saludos fraternos.
Que tengas una hermosa semana
La carne es muy débil, tanto que se quiebra antes las hormonas alborotadas del otro...
Saludos y un beso!
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