Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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martes, 24 de julio de 2012




Mira cómo supura la piel

de una mujer abandonada

en el vómito del fracaso.



Nací con todas las oportunidades

que da una botella de whisky

al lado de una cuna sin barrotes.



Me desvirgué por unos euros

y cuatro condones, en el barrio de

las drogas y los embarazos prematuros.



Huelo a fémina y rechazo, al

sangrante desespero de una

mujer de treinta, que tiene

el cuerpo lleno de golpes de mula.



Ellos, me miran, piensan

que podría abrir la puerta

a otro lugar, pero

¿cómo sale un vivo de una caja

de muerto sellada en una tumba?



Ellos, sólo miran. No saben

que la vida da muchas vueltas.


(Del poemario "El amor y otros cloroformos" - Mayte Albores)


















ALGUNOS SÓLO SABEN DECIR: ¡Qué se jodan!







OTROS SABEN LUCHAR CON UN "A la mierda"

miércoles, 11 de julio de 2012

"Con el vacío de un chamán sin raíces
y la tristeza de un mirlo sin canto"


(El amor y otros cloroformos - Mayte Albores)

* * *


Me late el corazón de impotencia y no de vida.

Sigo siendo hija, madre, con la piel de una abuela, con las manos de una obrera, funcionaria POR vocación, soy músico de calle, mendigo de cartón, soy abandonada en una pecera cuya agua es el balcón, soy maestra de los cantos, con invalidez de esperanza alzo mi voz:
Soy todos los que sufren y en todos los que sufren estoy yo. 
Sufro.



viernes, 6 de julio de 2012

Valor

La acidez de estómago
ha subido a la boca y
almidona las palabras
en un papel del que no
se sabe si tiene escrito,
o en blanco, más valor.

Nunca debió dejar
de respirar un árbol
para recoger la angustia
de una pasión que sólo
desgarra sustantivos en
nombre de amores pasados.

Pero ya me ves
destrozando la naturaleza
en mi destrozo, y sonrío
sin saber qué me hace
tanta gracia. Y te nombran
mis venas al galope
haciendo compás
con un corazón que dice
que sólo tú, tú, sólo tú
fuiste sueño y realidad,
y ahora, aquel árbol,
el resto del mundo, yo...
sólo somos
reflejo de las batallas
que se asoman en una pupila
que no podemos esconder.



(Del poemario "El amor y otros cloroformos")

lunes, 2 de julio de 2012

Sobre un lecho de sueños
se desliza un cuerpo abatido
que expira, el futuro,
latiendo superviviente
a la existencia.

Ahora. Hoy.
Mañana sólo palabras
escritas con dedos transparentes
sobre la pared, tan húmeda,
como el surco de los labios.

Y fue pasar demasiado inmune
a los cambios de la vida
lo que tiñó los ojos
en senos nevados que
confunden el deseo.

Y en la ternura del rocío
que no deja nacer los brotes
más débiles, encontramos
esta fragilidad que nos hizo
como barro y costillas
de antiguos testamentos que
están condenados al pecado.

Nos persigue la ausencia
de la lengua madura,
del fruto rojo sobre el que
meceríamos las caderas
en pequeñas dosis,
de un sexo limado con notas asonoras.

Y aún,
después de todos los espacios habidos
sigue latiendo superviviente
a la existencia, un cuerpo abatido,
sobre un lecho de sueños,
donde un único diálogo levantaría
los párpados en respuesta:
te espero.





MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE