Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

Todos los derechos Reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual

miércoles, 28 de diciembre de 2011

...

Mi cueva amanece
al roce de tu nombre
en mi lengua.

Después, son mis sábanas
lluvia con restos fríos
de sexo añejo.

Y un grito al olvido
que sólo devuelve ecos
de una campana sin hora.

Ésta, mi/tú piel,
se deshace en pétalos
y débiles movimientos de veleta.

Huyo descamada
de las trampas de este mundo:
de ti.


Me declaro
culebra sin veneno,
y suplico:

"No me dejéis morir de hielo,
que ser resto de escarcha
en el calor de unas manos
es el único sueño que poseo.
BEBED"

jueves, 8 de diciembre de 2011

... puedes ver!

Piensa que estoy loca
y no lo culpo.

Todavía a mis más de 30
me cuesta mirarme de frente
y dejar de caminar de medio lado.

Me empujan a un espejo
en el que reconocerme
significa tocar con mis dedos
carne sobre metal.

Piensa que estoy loca
y no lo culpo.

Cuando grito y confieso
que si muero ¿qué más da?
que ya no puedo más
que quiero estar en paz.

Tú no eres humana, dice,
¿qué hay detrás?
Y sigue pensando que estoy loca,
y no lo culpo.

Por fin, has visto mi ser
que mi cuerpo no es mi cuerpo
sólo soy lo que tú puedes ver.


(Canción, compuesta de forma solitariamente adúltera, rompiendo esquemas y volando sobre el terreno de la roca húmeda, apuntando los acordes con una rama seca sobre barro. De esas cosas que sabes que quedarán bajo la espesa capa del tiempo y el olvido, y que con un poco de magia, tararearás con cuatro palmas a la vera de cuatro amigos... y al final, sabes, que quizás es así, porque "así" es lo mejor puede suceder)



domingo, 4 de diciembre de 2011

Impunidad

El pecho húmedo
todavía evapora
tu nombre desde mi piel.

Los trazos de saliva
en el pezón erecto
son reducto
de un pasado invisible
que froto hasta sangrar
y no me abandona.

En ellos
sólo vergüenza y desamparo
desde que en aquel río
todos los sueños
todas las ropas
fueron robados y ahogados
con la impunidad
con la que circula el viento.

Mil maneras
y más inventos
para desaparecer
ocupan
la mayor parte del tiempo
que ya no ocupas tú.

viernes, 2 de diciembre de 2011

A medio gas

No pudo borrar su nombre
que prendido como una aguja
perforó cada uno de sus latidos.

Murió desangrada de amor invisible
y con una carta escrita a lágrimas:
*fui cuanto pude, pero no cuanto era*








MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE