
Y vino mi hijo y preguntó:
¿con qué se hizo el azahar?
Y yo, mirando sus ojos avispados contesté:
el azahar floreció para cubrir los campos,
para oler a madre,
para pisar la tierra y saber que vuelves a casa,
para endulzar una ácida despedida con recuerdos en los bolsillos,
para compartir con los almendros y los olivos,
para acariciarte la nostalgia con su olor en la noche,
para despertarnos sensaciones,
para robarnos un deseo.
Para saborear sublime fruto antes de entregarlo a los labios.
Y volvió a preguntar:
¿con qué se hizo el azahar?
El azahar, hijo mio,
no sé con qué se hizo,
pero es una palabra,
como el amor.
como el amor.
Todo lo bello,
en una gran sensación.
Todo lo tierno,
en un momento.
Todo lo que sientes
es un gran instante...
¡como la vida!
No sé responderte cómo se hizo,
pero sé lo qué es... y eso hijo mio,
sólo tú puedes sentirlo,
¡como la vida!
1 comentario:
"Todo lo bello,
en una gran sensación"
Como dicen por aquí... pero que buenísimo está lo bueno. jajajaja
Saludos y un beso!
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