Te conocí...
Y la magia perdida con mi niñez,
volvió con tu presencia.
Te descubrí...
Y contigo supe,
que existen las almas que mueven distancias.
Te sentí...
Y en las ausencias,
estabas más presente que mi propio cuerpo.
Te acaricié...
Y cada reflejo de mi piel por el saludo de la mañana,
sabia, que el sol aunque escondido no dejaría de brillar en ella.
Y te besé...
Por cada sueño que había en mi cama,
y por cada pestaña que en mi ojo abanicaba...
Y así, te conocí...
Querida magia, querida magia,
que sin verte haces de mi sonrisas pintadas...
Mayte Albores
Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...
¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!
El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?
Aprieto los labios
con la fuerza de dejar
mi boca morada.
Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo de garganta.
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domingo, 21 de marzo de 2010
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MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE
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