No evites vivir por encima de la vida,
sentir por encima de la costra,
soplar por encima de la herida,
mirar por encima del cielo,
o hablar sintiendo mil "te quieros".
No evites ser por encima de lo que eres,
admirar la imperfección como un reto,
crecer cuando todo parece inerte,
y gritarle al silencio la paz que tienes.
No evites hacer y hacerlo,
no evites entregar y entregarte,
no evites recibir y ser recibido,
no evites amar, no evites amarte,
no evites...
No evites el miedo, véncelo,
no evites los obstáculos, supéralos,
no evites las dificultades, úsalas como fortaleza,
no evites nada que no quieras evitar...
Piénsa siempre si tus decisiones son tuyas,
o son decisiones del "deber",
elige por y para ti, y no huyas,
enfrentando, venciendo y desafiando las trabas del "saber"...
Cree críticamente,
afronta verdades cuestionables,
despeja con tus propias teorías, y
sobretodo,
asume que a veces debes caerte,
pero no evites rendirte,
que en el único momento en el que no podrás levantarte,
será cuando venga a llevarte la muerte...
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