como una sustancia morbosa
que puede ser devorada
por los placeres humanos.
Me da igual el látigo
de las malas lenguas,
escribirme en
el silencio de la incomprensión,
o fundirme en unos labios
de los que nunca sabré su nombre.
Lo que me salva de verdad,
es morir en cada verso.
Imagen: Medusa (Gerardo Aragón)
4 comentarios:
Mueres porque te das. Pero, dándote, también te eres.
Esa es la hondura....
Un abrazo.
Protegida en una mebrana poetica, un ricon de la palabra... donde la metafora suspedida teje palabras deredor.
Y que mas da si tengo poesía.
Como siempre, hilando fino.
Muy bueno Mayte. Es un final tan sobrecogedor como pasional.
Por que en ocasiones se sangra cada letra que se escribe hasta morir en un verso.
Precioso un beso
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