Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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domingo, 29 de noviembre de 2009

¡Sobrevalorar lo poco y subestimar lo mucho y viceversa!




Sobrevalorar capacidades a dedo,
no es peor que subestimar la fuerza sembrada.
Tú tiras, sin piedad, la piel de naranja,
y yo la guardo en el pecho, para el recuerdo
del sabor del momento y la amargura de un mal mordisco.

No necesito campos de azahar para oler a flor,
ni una flor para comtemplar la fragilidad del deseo.
No voy a empapelar el instante como un regalo,
solo sentiré que estoy destinada a ser agua devuelta al mar.

Desde mi lugar, me he quedado sin espacio,
y el espacio abierto es aceite que patina con forma reloj,
encarcelando tras el cristal de la vida un lecho de ideas.
Y no puedo abrir más los ojos, pero sí mi corazón,
y a corazón abierto me juego la vida...

Ay, vida mia, a dónde me apartas, a dónde me acercas,
hacia dónde viajarán todas mis penas,
a dónde me arrastro para no dejar en mi una huella,
por dónde me levanto para no tropezar con un grano de arena...

Ay, vida mia,
que a veces lo mucho es nada, y nos deja ver aún menos...
a veces lo poco es todo, y se convierte en algo grande
devorando el gesto que no se muestra.
La vida es un gesto.
La luz en un abrir de ojos. y la oscuridad, en un cerrar.
Un movimiento es un gesto, y en ese gesto,
el mundo gira.

Sobrevalorar capacidades a dedo,
no es peor que subestimar la fuerza sembrada.
Tú tiras sin piedad, la piel de naranja,
y yo la guardo en el pecho pintándome la piel con su olor,
brisa de recuerdo al sabor de un momento
y como deleite, perfume aprendriz ante la amargura
de un mal mordisco.

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MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE