Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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domingo, 6 de mayo de 2012

Si supieras

Tu cuerpo, tan frontera
como desnudar mi timidez.

Saltar esa carretera de golpe
(y a golpes)
sin perder equilibrio y perdiendo
el miedo a ser atropellada.

Y finalmente,
ser atropellada en el espacio
sobre el que se escriben leyendas
que podrían hablar solo de nosotros.

Soy piel donde reflejo
las yemas de tus dedos
en cada letra que pronuncio
sin hablar.

Te miro manteniéndome
vencida e inconstante entre tus ojos,
por miedo a que me delaten injuriosa
si llegas a leer en la pupila una certeza
que niego con gestos mecánicos.

En realidad, sólo quiero
que me arranques de aquí
y de mi,
para estar ahí,
y en ti.
Tu poder de evitarme llegar a casa
tan llena de ganas y
con tan vacío mi vientre de tus pasos.

Germinarte en el vapor
que desprendo al respirar,
y salir
a la desnudez del invierno
para formar nubes con tu imagen.

Soplar entre los dedos de mis manos
al ritmo con que exhala tu piel,
pisar descalza la columna de la luna
en esta soledad de noche profunda
sabiéndote camino y luz.

Si tan sólo supieras
que me cambia la voz cuando te hablo.
Que quiero parir un gemido nítido
y sientas que es un acorde en tu nombre,
que ha cambiado la escala musical y
cada nota desde mi garganta eres tú.

Si supieras,
si tan sólo supieras cuántas sábanas mojé
de lágrimas en forma de sudor y fluidos,
de células muertas sin haber pasado
por el filtro de tu cuerpo.
Del aullido en este rincón,
en esta cueva desierta donde me siento
cada vez más loca y aséptica
de mi, y de todo.

Si supieras
que me has dilatado en un estallido
que te escribo siempre a destiempo
y que no soy una romántica confesa.

Si supieras...

**Imagen: Douce Amélie**


1 comentario:

Teyalmendras dijo...

Cálido e intenso como un cielo blando en tu habitación...
A veces las palabras son frontera entre el sueño y la ciudad.

besos almendrados ;)


MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE