Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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martes, 22 de mayo de 2012

¿Equilibrio?



Te descalzas delicado

para no dejarme huella

¿no sabes, amor,

que ya reconozco el calor

de tus pies desnudos

cuando pasan de puntillas

a mi través?



De nada sirve

no hacer ruido:

si no estás, no duermo, y

si estás, no quiero dormir para

bailar al ritmo de tus sueños.



Tejí, inconsciente,

una alfombra atada

con los restos de todos

mis miedos,

los que me tumbaron.


Y me arranqué lo que era

enmoquetando el frío por

el que pasaban

descalzos tus pies.



Y sigues,

sigues pisando. Y

te descalzas delicado

para no dejar huella

¿no sabes, amor,

que hasta el viento

sin soplar

me habla de ti?


1 comentario:

Magda Robles dijo...

Hay susurros que sin hablar van dejando rastro... Bello, bella...


MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE