Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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domingo, 26 de febrero de 2012

Mi sed de vida se disuelve sorbo a sorbo por una agonía:
- EL MIEDO -

No es bueno retenerse el tiempo en bolsillos opacos mientras las agujas siguen marcando los instantes comprimidos, que se extenderán en pasado, desplumando la posibilidad de todo aquello que deberíamos sentir.

No, la sed de vida NUNCA DEBERÍA DISOLVERSE por el miedo a estar vivos.
Porque estar vivos nos compromete obligatoriamente a una sola cosa:
- VIVIR -

3 comentarios:

Teyalmendras dijo...

La sed de vida que arrastran tus palabras hablan tanto de tí.

Escribir es siempre revelarse, resistir a quedar inmovil en un mar frío de rocas.

Leerte... pensar.

Saludos almendrados ;)

Sortilegios y Memorias dijo...

Obligados por el instinto de conservación o el afán de supervivencia.
Lo otro, la excepción, esa falta de sed, es otra opción, ni mejor ni peor. Según cada cual.

Vicente dijo...

Porque el estar vivo nos compromete a hacer nuestros sueños realidad por mucho miedo que tengamos a ello.Un abrazo


MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE