Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

Todos los derechos Reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual

viernes, 3 de junio de 2011

Las garras de la vida

Porque
en el calor más extremo,
todavía germinan las flores,
parimos las hembras,
y maullan las ganas de vivir.

Porque
aunque todo parezca secarse,
es obvio que siempre
humedemos los labios
en busca de la palabra no dicha,
y los silencios se rompen
con un solo gemido.

4 comentarios:

Ana dijo...

Siempre buscamos insistentes la palabra nunca dicha, a la que todavía intentamos darle forma.

Estupendo poema, un besazo muy grande

Ana dijo...

Un blog maravilloso. Enhorabuena!

http://creciendocondavid.blogspot.com/

Daniel dijo...

En casos extremos el ser humano es más humano si cabe, saca a relucir su adn.......en silencios, en gemidos, en palabras.....la vida es pureza en esencia, y al límite aparecen las verdaderas naturalezas de las personas.
Besos y abrazos.

ANA MARÍA ARROYO dijo...

La palabra... que siempre nos hace más "vivos". Me encanta, princesa.


MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE