Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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viernes, 24 de diciembre de 2010

DES-composiciones...

I.

Mi soledad es un tormento absoluto,
sin embargo,
es el lugar
donde mejor puedo comprenderme,
y a su vez,
comprender a los demás.


II.

Enciérrame entre tus pétalos,
que si tiemblan mis piernas
es para que penetres entre ellas,
la esencia de la miel en flor.


III.

Me asusta abandonar
la guarida del lobo,
esa madriguera que mantiene
la temperatura y la humedad exactas,
que necesita mi cuerpo
para protegerse de ese frío,
que supone seguir caminando sola.


IV.

Será el canto del agua,
ese llanto de mujer,
y las cascadas de los abismos,
ese vientre enredado
que busca el mar y la vida,
para no dejar su seno desnudo.


V.

Mutiladas las carencias,
siento que muero cuando no siento.
Pero el camino,
nos da y nos quita,
y burlón juguetea como un duende,
que nos enseña a ser niños
a través de sus travesuras.


VI.

¿Porqué llorar? -me pregunto-,
si llorar no alivia,
la pesadez de ese vuelo
que arrastra las patas,
e hiriendo con el roce de una tierra,
que se lamenta marchita,
la sequía del amor.

jueves, 23 de diciembre de 2010

"Este cuerpo"

Este cuerpo.
Este cuerpo que
es el muro y la frontera
que me separan
de ti.

Este cuerpo.
Que mengua con la luna
encontrado una sombra,
para cubrir
un trozo de carne helada,
escrita en "c",
con la inicial del corazón
y la forma del feto.

Este cuerpo.
Que se enreda en los misterios
de una vida, que invita,
a brindar con desconocidos
por los silencios de la distancia.

Este cuerpo.
Que no duele tanto
como lo que en él habita.

Y el espíritu integrado en
"este cuerpo",
que sólo quiere volar,
de este cuerpo,
cuya cárcel
es el muro y la frontera
que me separan de ti.

Este cuerpo.
Que retiene mi deseo,
y las entrañas de la vida.
Este, este es el cuerpo...

Jugar a las vencidas,
con este cuerpo,
es sumar guerras ganadas
con su alma.

Y su alma, de este cuerpo,
solo quiere,
solo quiere volar...

lunes, 13 de diciembre de 2010

MEMORIAS DE MI ALMA PUTA


No me vendo.

No vendo mis ideas,
ni mi mente.

Mi ser,
aunque se le ponga un precio,
no está en venta.

Rozad la pierna,
magread la piel que me recubre,
pero sabed,
que yo,
no me vendo.

Sentid! el calor de mi sangre,
mirad! mis ojos profundos,
intentad! leer mis labios,
pero después de eso,
y después de rodear mis muslos
de billetes,
SABED...

Mi ser,
aunque se le ponga precio,
no está en venta.

Sin embargo,
noto como se prostituye
continuamente mi persona,
porque este mundo
así me obliga.

Hoy,
me siento flor
cuando le veo mariposa.
Y me siento con alas
cuando tiende sus pétalos.

Hoy, me siento suya más que nunca.
Hoy, que tiene sed y yo soy agua.
Hoy, que tengo hambre,
y sus dedos
acarician mis labios
de tal modo
que saboreo las esencias
que introduce en mi cuerpo.

Él sabe,
que soy la nieve que cae
sobre la colina olvidada.

Él sabe,
que soy el suspiro del llanto,
y el silencio de la noche.

Él, lo sabe todo de mi.
Él, lo sabe,
porque él soy yo,
porque yo,
soy él.

Él, que es la colina sobre
la que yace mi fuente.
Él, que es la lágrima de mi deseo.
Él, que es la noche de mi descanso.

Él,
que lo sabe todo,
es la mariposa que vuela alto,
mientras yo,
como una rosa,
retengo mis pétalos,
para que no caigan
y los robe el viento
antes,
de que venga
a hacerme suya.

Y yo,
desde otra orilla,
le susurro al viento
mis poemas,
y que la brisa
le acaricie diciendo mi nombre.

Impregno de canciones
mis necesidades.
Mientras espero,
que la dulce miel de su boca,
hilvane una distancia ilusoria.

No hay nada
que pueda comprarnos,
no hay nada deje vendernos,
y sólo el amor,
es nuestra moneda de cambio.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Volverás a buscarme



Maldigo esa pulcritud
de tu sexo,
aislado, por miedo,
a la profundidad del placer
que se somete a ti.

Di...
di que no deseas
cómo mis ojos te penetran,
encendiendo los instintos
que fustigan pecaminosos
tu lascivia encadenada.

Me miras.
Fantaseas por debajo de la ropa,
sabiendo que tu piel,
puede iluminarse
a trazos,
con saliva, con fluidos,
y con todo este cuerpo
que se entrega...

No huyas
de mi pelo "madreselva"
enredado entre tus manos,
de las riendas que nos doman,
salvajes, instintivos,
sudas-transpiro,
expeles-exhalo,
goteas-segrego,
rezumas-te calo...

Nos robamos
los aromas del cuerpo,
impregnándonos
el uno del otro,
fusionándonos en las aristas
de un poliedro humano.


Te grito,
respiras mi aliento,
te abrazo,
estremeces tu cuerpo.
Sonrío y lloro,
me tocas, me soplas,
me llamas,
te quemo, te tengo,
te agarro...

Subimos la cúspide,
inmersos en un mundo propio,
un vuelo de esencias
que se filtran en el tiempo,
anulando todo rumbo
que no sea el camino
hacia nosotros mismos...

No tengas miedo,
yo,
maldigo esa pulcritud
de tu sexo...
Y mañana,
volverás a buscarme!

sábado, 4 de diciembre de 2010

A veces, me siento triste (II)

A veces, me siento triste.

Demasiado triste para dar la cara,
para mirar con unos ojos que caen
desgarrados a su alrededor.

A veces, me siento triste.

Mi tristeza,
desea huir,
buscar otra vida,
otro cuerpo,
otra historia donde
no reconocerme,
donde no tener una imagen
de mi misma,
dónde no comprobar,
como el mundo,
duele.

A  veces, no quisiera ser nadie,
ni quisiera ser yo...
A veces, no quisiera ser,
porque
a veces, me siento triste.

Quisiera mirar hacia otro lado,
antes que sentir el fracaso,
doloroso,
resbalando como pinchos
por este angosto camino
que lleva mi nombre,
y que me hace ser humano.

Quiero ver el lago,
calmo,
con un pequeño reflejo
en movimiento,
que va cambiando las formas
de mi cuerpo.

Y busco,
ser un espíritu libre y salvaje,
como el potro que corre,
profundo en su empeño,
y gritando ¡LIBERTAD!

A veces, muero de hambre,
si no muero de pena,
y a veces, muero de pena,
cuando ellos mueren de hambre.

A veces, muero de amor,
cuando no muero de odio,
y a veces, siento decir,
que muero de odio,
cuando unos,
declaran sus guerras,
y matan a gente,
que no entiende
ni de armas ni de dioses,
ni porque sus hijos mueren
como héroes,
destrozados por banderas,
y colores anulados
entre lutos sangrientos.

A veces, me siento triste...

http://www.youtube.com/watch?v=rJNInqZG2XI

 El 8 de junio de 1972, un avión norteamericano bombardeó con napalm la población de Trang Bang (Vietnam). Allí se encontraba Kim Phuc con su familia. 
En ese momento, cuando sus ropas ya habían sido consumidas por el fuego, el fotógrafo Nic Ut registró la imagen, en la que puede verse la profundidad del sufrimiento, la desesperanza, el dolor humano de la guerra, y cómo la padece la población más débil. 
La niña fue llevada al hospital, donde permanecería 14 meses, y sería sometida a 17 intervenciones de injertos de piel.
Hoy día, la protagonista de la foto, está casada con dos hijos, y reside en Canadá. Preside una fundación dedicada a ayudar a los niños que son víctimas de la guerra y es embajadora de la UNESCO.

MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE