Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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jueves, 21 de octubre de 2010

Ennegrecidas mis venas
por la sangre que se enfría,
y con el moho de las lágrimas en mi piel,
presagio un gran desastre para mi corazón.

Ayer,
sólo reia,
sólo cantanba,
sólo bailaba,
sólo daba gracias a la vida...

Pero hoy,
con estas venas colapsadas,
por esa sangre que ya no late por ti,
he dejado de sentirme viva...

Y ayer,
que sólo reia,
que sólo cantaba,
que sólo bailaba...
no sabía,
que sólo escribía,
un feliz comienzo,
para un final de agonía...

Si te quiero,
o te he querido,
qué te importa si te vas,
y enmudezco entre llantos,
y sin dejarte de mirar,
contemplando la derrota
de un corazón que se para,
porque no quiere sufrir más...

2 comentarios:

Ana dijo...

Jo Mayte, menudo poema, casi duele al leerlo, pero es precioso,¿ porque será que los poemas tristes siempre son los mas bellos?

Un beso muy grande preciosa

Viajero dijo...

Tal derroche de amor nos brinda un poema de derrota y agonia cubriendo un sentido muy commun.

Gracias

Espinar xoxo


MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE