Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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miércoles, 13 de julio de 2011

Indomable



Quiero vomitar las cadenas y los lastres,
pero todos sabemos que los sentimientos
tatúan más que las cicatrices en la piel.

Existen las tintas imborrables,
el perdón, a veces,
sólo es un juego de palabras,
y el pecado,
un invento del poder...

3 comentarios:

La profecía del silencio dijo...

No detecto cadenas ni lastres en tus poemas, ahora bien, me gustan tanto tus juegos de palabras que deben ser pecado.

daniel dijo...

Las cadenas creo que el tiempo y su transitar las va despegando del cuerpo poco a poco, lo cuál no hace que la esencia dejada desaparezca por completo.....como bien dices, conviven para continuar formando parte de tu formación personal.

2 grandes verdades florecen en tu segunda estrofa.

Besos y abrazos.

David dijo...

El pecado es algo delicioso para quién no pecó nunca...

Profundo y sencillo cómo a mi me gusta...

Felicidades

y Gracias por esta lectura :))

Besos sin poder ni lastres


MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE