Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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miércoles, 10 de noviembre de 2010

No soy un saldo...

Se ponía rimel como cemento en sus pestañas,
carmín sangrante medio gastado
y desgastando el perfil de sus labios.

Poca ropa para que se vea su carne de ganado,
y salía, cargada de sueños rotos,
para sentir un poco menos...

Tras sus medias arañadas,
las marcas de la intemperie.
Los morados de sus gluteos,
el sello de algún desalmado.
Y los desprecios e insultos, a la chepa,
que para eso, le habían "pagao"...

Te acostumbrarás, decían,
mientras se subía las bragas,
y ella contestaba,
a ser puta de una hora, te acostumbras,
pero no se acostumbras
a que después de puta,
te hagan sentir que no eres nada...

1 comentario:

Ana dijo...

Que triste esta realidad Mayte, que bonito poema es absolutamente conmovedor porque existe tal cual, toda las miserias a cuestas, el alma rota por mis y un desengaños y encima el desprecio de todos y cada uno.

Un beso grandote que buen poema


MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE