Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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domingo, 26 de febrero de 2012

Mi sed de vida se disuelve sorbo a sorbo por una agonía:
- EL MIEDO -

No es bueno retenerse el tiempo en bolsillos opacos mientras las agujas siguen marcando los instantes comprimidos, que se extenderán en pasado, desplumando la posibilidad de todo aquello que deberíamos sentir.

No, la sed de vida NUNCA DEBERÍA DISOLVERSE por el miedo a estar vivos.
Porque estar vivos nos compromete obligatoriamente a una sola cosa:
- VIVIR -

MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE