Mayte Albores

Normalmente lo que escribo lo tengo en la cabeza, en los ojos, en la piel, en el cuerpo... no necesito pensar...

¡Lo que escribo soy yo hecho palabra!



El fuego se apaga con sed.
Al final todo será un mismo infierno que aprendemos a amar ¿será, eso, la felicidad?


Aprieto los labios
con la fuerza
de dejar
mi boca morada.

Los gemidos, internos,
se agolpan al deseo de salir
en un grito espantoso detenido
en nudo
de garganta.

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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Puertas de sal


Me escondo
cómo el exótico animal
que muere en una jaula.

¿Acaso,
nacer paloma sin plumaje
no fue suficiente?

Quiero desgranar
la misma tierra que me parió,
extenuar los dedos buscando
dónde quedó lo mejor de mi.

Me escondo,
y en este sucio agujero
espero que alguien me beba,
ser usada como "algo"
cuya utilidad
justifique la existencia.

Es lo que no sucederá
lo que resbala en estas lágrimas.

Cierro mis puertas de sal,
anulo las ganas y me reconozco.
Oh, esta soledad afilada
que apunta con el dedo,
que señala y deja señal.

Soy ausente de mi misma
y mi propia negación.

No quiero doler más.

Y soy.
Soy solo para llaves
inmunes al salitre.







* * *
"Pero cuento con tu risa, no lo olvides, desde la noche oscura hasta el alba,
cuento con tu risa que es lo mismo que no tenerle miedo a casi nada"
(Complices)


1 comentario:

Teyalmendras dijo...

Mayte... Dibujas finas las palabras, las hilas. Me encanta leerte y buscar las vueltas que se esconden tras tus metaforas.

Saludos almendrados ;)


MÁS PUTA QUE NUNCA:
UN ALMA SE VENDE
POR SENTIR UN ESCALOFRÍO
INDESCRIPTIBLE